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martes, 10 de septiembre de 2013

CINCO MIL TAXISTAS DE ESTAMBUL, DESPEDIDOS POR TENER UN PASADO CRIMINAL


La Cámara de Taxistas de la ciudad pone en marcha un programa piloto para evitar los frecuentes fraudes a los pasajeros.

Billetes falsos, pequeños hurtos, dar el cambiazo de un billete de 50 liras por uno de 5… Pocos son los residentes de Estambul que no hayan tenido problemas con algún taxista en un momento dado. El número de quejas a la Cámara de Taxistas de esta ciudad alcanza varios miles cada año, y muchas implican fraudes o actividades criminales.
Por ello, este organismo decidió hace un año poner en marcha un programa piloto que exige a los conductores de taxis presentar un certificado de actividades penales para recibir su licencia. A aquellos con antecedentes –más de cinco mil- se les ha despedido del trabajo. «Nuestra profesión estaba en una situación en la que incluso los “yonquis” podían convertirse en taxistas», asegura Yahya Ugur, líder de la Cámara.
Los resultados no han tardado en notarse. «De las 2.782 quejas que la Cámara de Taxistas de Estambul recibió durante el año pasado, no hemos recibido ninguna sobre pequeña criminalidad como engañar en los precios, devolver el cambio en billetes falsos a los clientes o fraudes. Además, las quejas sobre trato inadecuado a los clientes también se han reducido en un 2 por ciento», dice Ugur, que asegura que el 85 por ciento de las reclamaciones son por taxistas que se negaron a llevar al pasajero porque la distancia era muy corta.

Los timos, muy frecuentes
Los timos en los taxis en Estambul son tan comunes que muchas guías de viaje los describen en detalle, tratando de alertar a los turistas. Para los recién llegados, el fraude más común, con gran diferencia, es el uso de la ruta más larga posible para alargar la carrera. Por desgracia, el tráfico es un problema de tal magnitud en esta ciudad que a menudo uno no sabe si el taxista está tratando de evitar un atasco de buena fe o intentando añadir unas cuantas liras extra al viaje.
También venía siendo bastante frecuente el que, si el cliente pagaba con un billete de 50 liras, el conductor aprovechase cualquier descuido para, mediante un juego de manos digno de un mago, cambiarlo por uno de 5 liras y decirle al pasajero que se había equivocado. Hasta hace poco, ambos billetes eran del mismo tamaño y color, por lo que por lo general el cliente no avisado se disculpaba y abonaba la diferencia… con lo que la carrera podía llegar a costarle hasta el triple del precio real. Para evitar prácticas de este tipo, el Banco Central de Turquía emitió este año un nuevo billete de 5 liras, de color más oscuro y más difícil de confundir.
Otro pequeño fraude es la afirmación de que el taxista «no lleva cambio», especialmente en carreras que cuestan en torno a 3 o 4 liras menos que el valor de un billete (por ejemplo, 20 o 50 liras). De esa manera, muchos conductores intentan arañar esas monedas extra. Y durante un tiempo se popularizó el uso del taxímetro con tarifa nocturna, más cara que la diurna, hasta que las autoridades turcas obligaron a aplicar una única tarifa las 24 horas del día.
Además, se calcula que en Estambul existen unos 19.000 taxis con licencia, y un número similar de taxis piratas. Es frecuente que los taxistas sindicados lancen campañas contra estos últimos por el daño que causan a su negocio. «Nuestro objetivo es volver a reinstaurar la ‘conducción caballerosa’, como antaño», afirma Ugur.



SALUT Y BUEN VIAJE.

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