CNT en el Primero de Mayo en Madrid
Ojeando los programas
electorales de partidos de derecha y extrema derecha, ya no sorprende que
utilizando la inmigración como rédito político pretendan repatriar hasta el canario,
vamos, no se escapa ni el gato. Es el sello que siempre les ha identificado
históricamente, el de apelar al sentimentalismo más patriotero precisamente
entre la clase social menos cualificada profesionalmente y por lo tanto más golpeada durante una
crisis.
Podemos decir sin lugar a dudas que las élites,
a lo largo de la Historia han recurrido a la patria (el peor “invento”) para
robar, asesinar, despojar de toda condición humana al “otro”, cometer
genocidios, y esclavizar si hiciera falta al vecino, ocupando territorios y
expoliando recursos. Producto de esta codicia se deriva otro “invento”, la
propiedad privada, sobre la que se fundamenta todas las desigualdades sociales
hoy día. El tercer peor “invento”, la religión, ha servido como instrumento de
manipulación colectiva de las conciencias humanas.
El orden de los factores no altera el
producto, pues estos “inventos”, combinados o a veces aislados han servido para
subyugar al hombre por una minoría, ya fuera durante el Imperio romano, la Edad
Media o la Europa de Entreguerras.
Si hoy día con la Globalización, el gran
Capital se ha reinventado y ya no tiene fronteras, porqué motivo las han de
tener las personas: acaso las tiene el oso o el pingüino, hoy aquí mañana allí.
Se intenta por todas perpetuar estructuras
de poder clásicas, como los Estados, pero
vacíos de contenido social, ya que éstos ya no son soberanos en sus políticas económicas,
precisamente porque estos Estados se hayan subordinados a estructuras
supranacionales como la Unión Europea, que sigue a pies juntillas los
dictámenes de arriba, es decir del Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, que están a su vez controlados por un reducido grupo de
banqueros y empresarios, PERSONAS CON NOMBRES Y APELLIDOS. Estas selectas élites controlan los principales grupos mediáticos conocidos
aquí (llámese grupo Prisa o Antena 3) y éstos a su vez controlan la información
que nos llega, manipulada o sesgada, para generar corrientes de opinión,
presionando a los consejos de Estado, incluso deponiendo o poniendo políticos
afines a sus intereses comerciales y económicos. Cuando lo anterior no funciona
siempre queda la OTAN para derrocar a los regímenes políticos que se
interfieren en su camino, como Irak en el pasado, o ahora, Corea del Norte o
Irán. Todo esto no es nada nuevo, en este país las élites (burguesia) han ejercido siempre un control mediático sobre la sociedad, intrumentalizando el Estado para contener la clase trabajadora, que es paradojicamente la que sostiene el Estado economicamente (la llamada eufemísticamente clase media).
Si
los países están sometidos a una DICTADURA ECONÓMICA MUNDIAL, ¿Qué margen les
queda a los Estados para satisfacer las necesidades sociales y democráticas de
las personas? NINGUNO.
Lo estamos viendo ahora con los “ajustes
económicos” en los países de la Unión europea : ayudas a los bancos, recortes
sociales, la nueva reforma laboral, recortes salariales, retraso de la
jubilación, privatizaciones… la lista cada vez es más larga en este “paquete de
medidas económicas”, que según el Gobierno (PPPSOE) son necesarias para
garantizar las pensiones en un futuro, eso sí, las rentas más altas no las
toquen: Soluciones capitalistas para una crisis capitalista. Una vez más parece
que el fin justifica los medios ¿Dónde
están los beneficios después de especular con la vivienda estos últimos 20
años? ¿En Suiza tal vez?
Nada más lejos de la realidad, ésta supera a
la ficción, basta salir a la calle y abrir bien los ojos, no son teorías
conspiratorias, no nos quieren como
personas libres sino como consumidores esclavizados en un mercado
mundial, donde no podamos pensar y nos tengan controlados a todas horas, solo
falta que nos implanten un microchip. Tal
vez nos dejen decidir si podemos conducir a 80
o a 90 km/h. Todo es un absurdo cual peor pesadilla.
Por lo tanto, ya no se puede llamar
democracia a la de los Estados, si es que alguien creyó desde la Izquierda que estas democracias representativas podían
ser una herramienta de cambio desde los partidos políticos para lograr una
mayor igualdad. Ya podría votar una gran mayoría un amplio programa de medidas
sociales que nunca se llevarían a cabo. Si bien hasta ahora parecía que había
cierto margen de maniobra, para llevar a cabo políticas sociales, lo cierto es
que desde hace unos años atrás, la misma socialdemocracia europea está
acometiendo políticas neoliberales propias de la derecha.
El mismo señor del bigote que ya conocemos
lo dijo recientemente desde Estados Unidos de América durante un acto de
inauguración de una sucursal de su partido: “el Estado del bienestar es
insostenible”. Nada nuevo viniendo de la Internacional neoliberal, ya sabemos
del pié que cojea, ellos, al fin al cabo se deben a sus principios, propios de
su clase, sin entrar a discutir si son liberales o defensores de la oligarquía
del monopolio.
De
quien tenemos que andarnos con mucho cuidado es de aquellos “socialdemócratas”
que han hecho hasta ahora el trabajo sucio de la oposición, y pretenden seguir
vendiendo al trabajador, haciéndose los auténticos valedores frente a la
derecha como la única alternativa posible, (¿que entienden éstos por justicia social?) ¡Para vergüenza nuestra, al
mismo tiempo, éstos que se dicen “socialistas” y que nos usurparon el nombre
hace mucho tiempo, reivindican la Memoria histórica! Por suerte el trabajador/a que no tiene un
pelo de tonto, todavía conserva su dignidad y se debe a sus principios, y estas
elecciones generales más de uno se ha quedado en casa y no ha ido a votar.
Ante este panorama, y a pesar del circo
mediático (como cortina de humo para que
no se hable de lo realmente importante) hay más personas cada día que van
tomando conciencia y al contrario, no se resignan, se resisten a aceptar esta
realidad, la de unos Estados que se han convertido en compartimentos vacíos y
nosotr@s, dentro secuestrados, remando en galeras sin poder subir a cubierta.
Ante éste panorama nos queda dos opciones:
una, quedarnos en casa, quien pueda disponer de ella, cruzado de brazos, como
consumidor resignado, como exclavo; la otra opción que nos queda, es salir a la
calle a explicarle a la gente, que solo existe un camino para no seguir
retrocediendo, y es seguir luchando para defender los pocos derechos que
todavía nos quedan y de los que pretenden despojarnos hace tiempo, derechos por
los que las generaciones anteriores, la de nuestros abuelos/as, y también la de
nuestros padres, lucharon, y much@s se dejaron la piel. Al tiempo explicarles
que el sistema de partidos está obsoleto, y que nunca nos han representado,
explicarles también que estos partidos solo nos venderán otra vez, y que
sabemos organizarnos al margen de éstos. Explicarles que el único sindicato
capaz de plantar cara y que no se vende por cuatro duros, es aquel que no tiene
trabajadores liberad@s a sueldo de subvenciones estatales, y es aquel que su fuerza
radica en la solidaridad, el apoyo mutuo, y además es aquel que no se deja
instrumentalizar por ningún partido, ya que desde la asamblea tod@s sus
afiliad@s son los que deciden, de abajo a arriba, y financian el sindicato de su bolsillo.
Como decía
el poeta, NO HAY CAMINO PARA LA LIBERTAD, LA LIBERTAD ES EL CAMINO.
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