Reclaman más presencia policial porque los coches de otros municipios y chóferes sin licencia les quitan ya el 10% de los beneficios.
El colectivo del taxi de Alicante se siente amenazado. La crisis ha provocado dos consecuencias tremendamente negativas para el negocio. Por un lado, el descenso en picado del número de clientes y, por otro, el incremento proporcional de los vehículos que realizan el servicio de manera ilegal.
La primera consecuencia ha hecho que sus ingresos se reduzcan, según estiman las principales asociaciones del sector, un 40%. La segunda, que va ‘in crescendo’, les quita un 10% de beneficios, por lo que tienen que sobrevivir con la mitad de ingresos que antes o trabajar el doble de horas, con los consiguientes riesgos para su seguridad y la de los usuarios.
Contra el descenso de clientes, poco pueden hacer hasta que mejoren las circunstancias económicas del país y la ciudad, pero consideran que sí se puede hacer mucho, sobre todo desde las administraciones, por eliminar el intrusismo en el sector que tanto daño les hace.
Desde Radio Taxi explican que los mayores problemas se dan en la Estación de Renfe, sobre todo desde la llegada del AVE, en la Estación de Autobuses y en la zona del puerto donde desembarca el ferri de Orán.
«La crisis ha hecho que proliferen los servicios ilegales y también nos encontramos con que taxis de otros municipios vienen a la estación a recoger viajeros, cuando lo tienen prohibido», explica Sergio Campillo, tesorero de Radio Taxi Alicante.
En algunos casos, su presencia es tan habitual que los profesionales los conocen bien. Tanto esta asociación como Tele Taxi, las dos mayoritarias del municipio, presentaron a la Policía Local de Alicante un listado de matrículas de vehículos que se ofrecen para realizar el servicio de taxi de forma ilegal.
Sin embargo, pocas sanciones se imponen. En muchos casos, porque es difícil certificar que se está prestando un servicio ilegal. Para sancionarles, tienen que ser testigos de que se realiza un pago por el transporte. «Muchas veces les avisas de que hay un servicio ilegal y cuando llegan ya es tarde, tienen que estar allí para verlo», considera Campillo.
Por eso reclaman que la Policía Local destine a un agente fijo que vigile la zona del aparcamiento de taxis de la Estación del AVE y la Estación de Autobuses.
En el caso del intrusismo procedente de taxis legales, pero que actúan en un territorio vedado, por ser de otros municipios, «nos encontramos con el problema de que en ocasiones la Policía Local y la Portuaria (en el caso del puerto) no conocen bien la normativa ni quién puede prestar el servicio en cada lugar», señala Pablo Moreno, presidente de Tele Taxi Alicante.
Moreno explica que la ley establece que los taxistas de otros municipios no pueden recoger viajeros en estaciones de tren o de autobús. En el caso de puertos y aeropuertos, se puede bajo determinadas condiciones, como que el servicio haya sido contratado de antemano. La Conselleria de Transportes tiene que conceder el permiso expresamente.
«Pero la ley hay que hacerla cumplir», asegura Moreno, que considera que las inspecciones policiales puntuales «que realizan cuando nos quejamos» sirven de poco y que lo que hay que hacer es «una campaña importante de persecución de estas prácticas ilegales durante un tiempo, para que las sanciones y la presión policial hagan a los intrusos pensárselo dos veces antes de seguir».
Si no se actúa pronto, advierten, pronto habrá enfrentamientos graves, como los ocurridos en el aeropuerto de El Altet entre taxistas ilicitanos y foráneos. «Ya ha habido varios choques, la gente está muy quemada», indica Campillo.
En el aeropuerto de El Altet, los enfrentamientos entre taxistas subieron de tono a principios de este año y la Conselleria de Transportes actuó en colaboración con la autoridad aeroportuaria para tomar medidas.
La última propuesta ha sido la de establecer barreras que controlen el acceso de los taxis a El Altet, de forma que se puedan garantizar los permisos.
SALUT Y BUEN VIAJE.
El colectivo del taxi de Alicante se siente amenazado. La crisis ha provocado dos consecuencias tremendamente negativas para el negocio. Por un lado, el descenso en picado del número de clientes y, por otro, el incremento proporcional de los vehículos que realizan el servicio de manera ilegal.
La primera consecuencia ha hecho que sus ingresos se reduzcan, según estiman las principales asociaciones del sector, un 40%. La segunda, que va ‘in crescendo’, les quita un 10% de beneficios, por lo que tienen que sobrevivir con la mitad de ingresos que antes o trabajar el doble de horas, con los consiguientes riesgos para su seguridad y la de los usuarios.
Contra el descenso de clientes, poco pueden hacer hasta que mejoren las circunstancias económicas del país y la ciudad, pero consideran que sí se puede hacer mucho, sobre todo desde las administraciones, por eliminar el intrusismo en el sector que tanto daño les hace.
Desde Radio Taxi explican que los mayores problemas se dan en la Estación de Renfe, sobre todo desde la llegada del AVE, en la Estación de Autobuses y en la zona del puerto donde desembarca el ferri de Orán.
«La crisis ha hecho que proliferen los servicios ilegales y también nos encontramos con que taxis de otros municipios vienen a la estación a recoger viajeros, cuando lo tienen prohibido», explica Sergio Campillo, tesorero de Radio Taxi Alicante.
En algunos casos, su presencia es tan habitual que los profesionales los conocen bien. Tanto esta asociación como Tele Taxi, las dos mayoritarias del municipio, presentaron a la Policía Local de Alicante un listado de matrículas de vehículos que se ofrecen para realizar el servicio de taxi de forma ilegal.
Sin embargo, pocas sanciones se imponen. En muchos casos, porque es difícil certificar que se está prestando un servicio ilegal. Para sancionarles, tienen que ser testigos de que se realiza un pago por el transporte. «Muchas veces les avisas de que hay un servicio ilegal y cuando llegan ya es tarde, tienen que estar allí para verlo», considera Campillo.
Por eso reclaman que la Policía Local destine a un agente fijo que vigile la zona del aparcamiento de taxis de la Estación del AVE y la Estación de Autobuses.
En el caso del intrusismo procedente de taxis legales, pero que actúan en un territorio vedado, por ser de otros municipios, «nos encontramos con el problema de que en ocasiones la Policía Local y la Portuaria (en el caso del puerto) no conocen bien la normativa ni quién puede prestar el servicio en cada lugar», señala Pablo Moreno, presidente de Tele Taxi Alicante.
Moreno explica que la ley establece que los taxistas de otros municipios no pueden recoger viajeros en estaciones de tren o de autobús. En el caso de puertos y aeropuertos, se puede bajo determinadas condiciones, como que el servicio haya sido contratado de antemano. La Conselleria de Transportes tiene que conceder el permiso expresamente.
«Pero la ley hay que hacerla cumplir», asegura Moreno, que considera que las inspecciones policiales puntuales «que realizan cuando nos quejamos» sirven de poco y que lo que hay que hacer es «una campaña importante de persecución de estas prácticas ilegales durante un tiempo, para que las sanciones y la presión policial hagan a los intrusos pensárselo dos veces antes de seguir».
Si no se actúa pronto, advierten, pronto habrá enfrentamientos graves, como los ocurridos en el aeropuerto de El Altet entre taxistas ilicitanos y foráneos. «Ya ha habido varios choques, la gente está muy quemada», indica Campillo.
En el aeropuerto de El Altet, los enfrentamientos entre taxistas subieron de tono a principios de este año y la Conselleria de Transportes actuó en colaboración con la autoridad aeroportuaria para tomar medidas.
La última propuesta ha sido la de establecer barreras que controlen el acceso de los taxis a El Altet, de forma que se puedan garantizar los permisos.
SALUT Y BUEN VIAJE.
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