Aunque no se ha formalizado aún ninguna baja en la sociedad, algunos de los profesionales que participan en el impulso de la nueva entidad señalaron a EL COMERCIO que 70 taxistas ya tienen redactada su renuncia y una cifra aún mayor, 89, han presentado su «preinscripción» en la nueva cooperativa, a falta de que se formalice su constitución.
Desde este grupo de cooperativistas apuntan como causa de su desencanto un acuerdo alcanzado en la última asamblea de Villa de Jovellanos y que fue aprobado por mayoría absoluta. Se trata de la restricción del uso de emisoras, de forma que solo se podrá utilizar una por cada licencia. Según explicaron fuentes de la cooperativa, esto significa que aunque un socio, además de conducir su propio vehículo, tenga a su servicio a algún colaborador autónomo o a trabajadores asalariados, solo podrá tener servicio de radiotaxi para una persona, esto es, solo uno podrá atender servicios solicitados a través de la centralita telefónica.
Según Villa de Jovellanos, el dueño de la licencia podrá elegir si se queda él con la emisora o si se la cede a su colaborador o asalariado.
Los críticos con este acuerdo consideran que su único objetivo es perjudicar a los taxistas asalariados ante la caída de la demanda, y advierten de que este nuevo sistema pondría en peligro 120 puestos de trabajo, que son los taxistas de la cooperativa que carecen de licencia propia. Explican que, sin emisora, los asalariados solo podrían transportar a clientes captados en las paradas o en la calle. Y dado que la decisión fue adoptada por mayoría, señalan que la única forma de no acatarla es crear una nueva entidad. El martes pretenden aprobar sus estatutos y nombrar una junta directiva provisional. Si se confirma la inscripción de 89 cooperativistas, equivaldría a un tercio de los 246 asociados con los que cuenta actualmente la Cooperativa Radiotaxi Villa de Jovellanos.
SALUT Y BUEN VIAJE.
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