Los taxistas valencianos han pasado a la acción ante la indiferencia de la administración y de la policía hacia sus denuncias sobre la proliferación de vehículos ilegales por toda la ciudad y ya no sólo en los puntos de recogida de viajeros, como la estacion del AVE o el aeropuerto.
Según explicó ayer el presidente de la Asociación de Taxistas de la Comunitat Valenciana, Emilio Guillén, «no nos queda más remedio que actuar porque vemos que nadie lo hace». Tras la desaparición de la Agencia Valenciana de la Movilidad, sólo hay un inspector para toda la Comunitat para controlar la legalidad de estos vehículos de servicio público «y la Policía Local no está preparada para combatir a los taxis piratas porque no saben qué documentación solicitar ni cómo tramitar la denuncia para que prospere».
Por ello, un grupo de seis taxistas interceptaron el miércoles por la noche una furgoneta blanca en el aeropuerto de Manises que ofreció sus servicios a los pasajeros que regresaban de París. Fuentes presenciales explicaron que se dio aviso a la Policía Nacional, cuyos agentes acudieron a la terminal pero no procedieron a realizar ninguna actuación dado que no pudo acreditarse si eran pasajeros o trabajadores. Según las mismas fuentes, «el conductor del vehículo dijo que trabajaba para una empresa turística aunque no pudo acreditarlo».
El representante de la asociación de taxistas criticó el riesgo que representan estos vehículos para el pasaje porque no tienen pólizas de responsabilidad civil. «La situación se ha escapado de las manos y ya están por todas partes», señaló. También han observado un aumento de taxis ilegales por la celebración del FIB en Benicàssim.
Guillén lamentó también que muchos usuarios mantienen la creencia de que «un taxi pirata sale más económico, cuando es al contrario. Nosotros hemos demostrado que un trayecto desde el centro de Valencia hasta el aeropuerto cuesta menos de 13 euros y esta gente no lo realiza por menos de 25 euros»./Las Provincias
SALUT Y BUEN VIAJE.
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