Las ganancias de los floteros por la gestión de las licencias del taxi
no se limitan sólo a los 50 euros diarios que supuestamente perciben de
los asalariados, sino que también cobran comisiones por la transmisión
de licencias. Los pinchazos telefónicos detectan ganancias en negro de
hasta 5.000 euros por el traspaso de los taxis.
El negocio de los floteros -los intermediarios del taxi que supuestamente gestionan de modo irregular centenares de licencias en la capital grancanaria- no sólo se nutría de la llamada gallina, esto es, la cantidad fija que el asalariado paga por trabajar cada día, sino que además existía un sistema de comisiones ligado al traspaso de las licencias municipales. Las escuchas telefónicas efectuadas por la unidad operativa de Vigilancia Aduanera apuntan a una supuesta trama de comisiones cobradas en las operaciones de traspaso de licencias.
«En definitiva, parece práctica habitual que cuando el titular vende licencia y coche, el flotero que explotaba dicha licencia recibe algún tipo de comisión», explican los agentes en el informe remitido al juzgado de instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria.
El pinchazo de una llamada efectuada el 22 de abril a las 19.21 horas apunta en esta dirección. Uno de los presuntos floteros investigados, B.M.G., recibe una llamada de una persona que se identifica como F. y que se interesa por el arriendo de una parada, que ya ha sido vendida. «Él vendió la licencia», dijo en relación al titular del permiso municipal, «y yo he vendido el coche (...) como la licencia... el coche está a nombre de él (...) pues él me da a mí un dinero (...) que es el coche, queeee son cinco mil euros que me tiene que dar a mí y después ya».
El mismo proceder es detectado en otra conversación incorporada al sumario del caso, sólo que en esta ocasión el protagonista es otro de los investigados, J.M.S.O. La conversación tiene lugar el 9 de mayo a las 11.28 horas y en ella, un titular de licencia, cuyo nombre corresponde a la sigla G., contacta con el flotero que está explotando su licencia. Curiosamente, al igual que ocurrió con B.M.G., la comisión es de entre 5.000 y 6.000 euros por la venta. «Vale venga si tengo que sacarlo... lo que yo te tengo dado de renta a ti y tal tengo que sacarle unas perras», le explica el flotero al titular de la licencia. Éste ha llegado a un preacuerdo con el futuro comprador en que el precio de la transacción sería de 70.000 euros: 65.000 para el titular y 5.000 para el flotero. «Calculo que tú te puedas quedar con cinco o seis mil euros».
SALUT Y BUEN VIAJE.
El negocio de los floteros -los intermediarios del taxi que supuestamente gestionan de modo irregular centenares de licencias en la capital grancanaria- no sólo se nutría de la llamada gallina, esto es, la cantidad fija que el asalariado paga por trabajar cada día, sino que además existía un sistema de comisiones ligado al traspaso de las licencias municipales. Las escuchas telefónicas efectuadas por la unidad operativa de Vigilancia Aduanera apuntan a una supuesta trama de comisiones cobradas en las operaciones de traspaso de licencias.
«En definitiva, parece práctica habitual que cuando el titular vende licencia y coche, el flotero que explotaba dicha licencia recibe algún tipo de comisión», explican los agentes en el informe remitido al juzgado de instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria.
El pinchazo de una llamada efectuada el 22 de abril a las 19.21 horas apunta en esta dirección. Uno de los presuntos floteros investigados, B.M.G., recibe una llamada de una persona que se identifica como F. y que se interesa por el arriendo de una parada, que ya ha sido vendida. «Él vendió la licencia», dijo en relación al titular del permiso municipal, «y yo he vendido el coche (...) como la licencia... el coche está a nombre de él (...) pues él me da a mí un dinero (...) que es el coche, queeee son cinco mil euros que me tiene que dar a mí y después ya».
El mismo proceder es detectado en otra conversación incorporada al sumario del caso, sólo que en esta ocasión el protagonista es otro de los investigados, J.M.S.O. La conversación tiene lugar el 9 de mayo a las 11.28 horas y en ella, un titular de licencia, cuyo nombre corresponde a la sigla G., contacta con el flotero que está explotando su licencia. Curiosamente, al igual que ocurrió con B.M.G., la comisión es de entre 5.000 y 6.000 euros por la venta. «Vale venga si tengo que sacarlo... lo que yo te tengo dado de renta a ti y tal tengo que sacarle unas perras», le explica el flotero al titular de la licencia. Éste ha llegado a un preacuerdo con el futuro comprador en que el precio de la transacción sería de 70.000 euros: 65.000 para el titular y 5.000 para el flotero. «Calculo que tú te puedas quedar con cinco o seis mil euros».
SALUT Y BUEN VIAJE.
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