Las Vito de Mercedes están sustituyendo al clásico ‘black cab’
‘La triste muerte del taxi de Londres’, rezaba el Telegraph
Mercedez-Benz ha lanzado una agresiva campaña para ganar cuota de mercado
El ‘routemaster’, ese característico autobús rojo de dos pisos, apenas ofrece servicios turísticos por las calles de Londres desde 2005. Las cabinas de teléfono y los buzones de correos, en fin, tienen en la tecnología un muy mal aliado. A la capital británica, esa en la que la reina sigue siendo la misma desde hace más de 60 años, le quedaba sólo un icono de postal, su ‘black cab’, un modelo de taxi con un mismo diseño desde hace 55 años. Pues bien, la ruina de su fabricante en Coventry y la feroz competencia de un vehículo fabricado en Vitoria, la Vito de Mercedes-Benz, lo están poniendo en verdadero peligro de extinción. “La triste muerte del taxi de Londres”, escribió en el Telegraph Harry Mount como indicativo de una situación que entristece a media Inglaterra. En unos pocos años, las Vito que salen de la factoría de Vitoria casi representan ya el 10% de una flota de 23.000 unidades, según explicó a este periódico un portavoz de Transport for London, la autoridad del transporte de la ciudad del Támesis.
Pero la proporción crecerá rápidamente en los próximos años. Los responsables de la compañía automovilística en el Reino Unido apuntan a que cuatro de cada diez nuevos taxis que se venden en ese país son ya Vito. El porcentaje era del 23% el año pasado, casi la mitad. Hay 2.500 Mercedes-Benz ya operativas en las islas británicas, de las que 1.990 tienen licencia para circular por Londres.
Incluso si en Google se buscan imágenes que respondan a la palabra clave “London taxi” se cuela ya en el puesto 26 de los resultados el nuevo modelo. “Dejando de lado la nostalgia, hay una emoción estética al ver día a día un objeto tan bien diseñado. Su salida de las calles de Londres será una gran pérdida”, lamenta Mount, conmocionado, en el rotativo inglés.
Los ‘black cab’ llegaron en 1958 de la mano de Austin, aunque en realidad era una revisión de un modelo anterior de similares hechuras. Es la misma marca que comercializó los primeros Mini Cooper. En 1997, la versión antigua fue rehecha. Cambió la apertura de las puertas de pasajeros, por ejemplo, pero el coche mantuvo su esencia londinense.
Y así hasta 2012. Aunque en 2009 Transport for London autorizara por vez primera un modelo distinto al de toda la vida, la Vito –ahora también hay un monovolumen Nissan con licencia–, las ventas seguían del lado del clásico cab, ya no fabricado por Austin sino por Manganese Bronze Holdings, con planta de producción en Coventry, la misma ciudad a 150 kilómetros de la capital donde se carrozan las Mercedez-Benz importadas desde el País Vasco. Pero esta compañía quebró –ahora un inversor chino que también controla Volvo quiere reflotar el negocio– y, encima, 400 vehículos presentaron defectos de fábrica en pleno año olímpico. La alternativa vitoriana tenía, poco a poco, el camino expedito en Londres.
Además, Mercedez-Benz ha lanzado una agresiva campaña para ganar cuota de mercado. Ofrece sus monovolúmenes a “sólo 135 libras la semana” con opción de recompra a los tres años. La Vito ofrece las características del modelo clásico –muchas plazas y buen radio de giro para tomar curvas de 90 grados– y aventaja a su rival en reducción de la contaminación.
“Desde el principio los comentarios que hemos recibido fueron increíblemente positivos. Estaba claro que los dueños estaban buscando una alternativa a sus cansados carruajes”, afirman irónicamente desde la automovilística alemana aludiendo a que originalmente los ‘black cab’ londinenses eran coches de caballos. Peter Dacosta, ejecutivo de Eco City, la empresa que adapta para ser taxis los monovolúmenes fabricados en Vitoria, se apresura a destacar que “el mito no es el taxi, es el conductor [tienen que aprenderse de memoria 25.000 calles y 20.000 puntos de interés] y la luz naranja” que identifica a estos vehículos.
SALUT Y BUEN VIAJE.
‘La triste muerte del taxi de Londres’, rezaba el Telegraph
Mercedez-Benz ha lanzado una agresiva campaña para ganar cuota de mercado
El ‘routemaster’, ese característico autobús rojo de dos pisos, apenas ofrece servicios turísticos por las calles de Londres desde 2005. Las cabinas de teléfono y los buzones de correos, en fin, tienen en la tecnología un muy mal aliado. A la capital británica, esa en la que la reina sigue siendo la misma desde hace más de 60 años, le quedaba sólo un icono de postal, su ‘black cab’, un modelo de taxi con un mismo diseño desde hace 55 años. Pues bien, la ruina de su fabricante en Coventry y la feroz competencia de un vehículo fabricado en Vitoria, la Vito de Mercedes-Benz, lo están poniendo en verdadero peligro de extinción. “La triste muerte del taxi de Londres”, escribió en el Telegraph Harry Mount como indicativo de una situación que entristece a media Inglaterra. En unos pocos años, las Vito que salen de la factoría de Vitoria casi representan ya el 10% de una flota de 23.000 unidades, según explicó a este periódico un portavoz de Transport for London, la autoridad del transporte de la ciudad del Támesis.
Pero la proporción crecerá rápidamente en los próximos años. Los responsables de la compañía automovilística en el Reino Unido apuntan a que cuatro de cada diez nuevos taxis que se venden en ese país son ya Vito. El porcentaje era del 23% el año pasado, casi la mitad. Hay 2.500 Mercedes-Benz ya operativas en las islas británicas, de las que 1.990 tienen licencia para circular por Londres.
Incluso si en Google se buscan imágenes que respondan a la palabra clave “London taxi” se cuela ya en el puesto 26 de los resultados el nuevo modelo. “Dejando de lado la nostalgia, hay una emoción estética al ver día a día un objeto tan bien diseñado. Su salida de las calles de Londres será una gran pérdida”, lamenta Mount, conmocionado, en el rotativo inglés.
Los ‘black cab’ llegaron en 1958 de la mano de Austin, aunque en realidad era una revisión de un modelo anterior de similares hechuras. Es la misma marca que comercializó los primeros Mini Cooper. En 1997, la versión antigua fue rehecha. Cambió la apertura de las puertas de pasajeros, por ejemplo, pero el coche mantuvo su esencia londinense.
Y así hasta 2012. Aunque en 2009 Transport for London autorizara por vez primera un modelo distinto al de toda la vida, la Vito –ahora también hay un monovolumen Nissan con licencia–, las ventas seguían del lado del clásico cab, ya no fabricado por Austin sino por Manganese Bronze Holdings, con planta de producción en Coventry, la misma ciudad a 150 kilómetros de la capital donde se carrozan las Mercedez-Benz importadas desde el País Vasco. Pero esta compañía quebró –ahora un inversor chino que también controla Volvo quiere reflotar el negocio– y, encima, 400 vehículos presentaron defectos de fábrica en pleno año olímpico. La alternativa vitoriana tenía, poco a poco, el camino expedito en Londres.
Además, Mercedez-Benz ha lanzado una agresiva campaña para ganar cuota de mercado. Ofrece sus monovolúmenes a “sólo 135 libras la semana” con opción de recompra a los tres años. La Vito ofrece las características del modelo clásico –muchas plazas y buen radio de giro para tomar curvas de 90 grados– y aventaja a su rival en reducción de la contaminación.
“Desde el principio los comentarios que hemos recibido fueron increíblemente positivos. Estaba claro que los dueños estaban buscando una alternativa a sus cansados carruajes”, afirman irónicamente desde la automovilística alemana aludiendo a que originalmente los ‘black cab’ londinenses eran coches de caballos. Peter Dacosta, ejecutivo de Eco City, la empresa que adapta para ser taxis los monovolúmenes fabricados en Vitoria, se apresura a destacar que “el mito no es el taxi, es el conductor [tienen que aprenderse de memoria 25.000 calles y 20.000 puntos de interés] y la luz naranja” que identifica a estos vehículos.
SALUT Y BUEN VIAJE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario