A través de un cartel en un bar, un anuncio en publicaciones gratuitas o directamente en las mismas paradas. Son muchos los que, de estas y otras muchas maneras, ofrecen sus servicios como taxistas particulares -al margen de la flota que opera de forma oficial- para trasladar a los posibles clientes por un precio ligeramente inferior al establecido.
Se les conoce como ‘chóferes pirata’ y si bien su presencia no es nueva, sí lo es el hecho de que su número se haya incrementado en los últimos tiempos, tal y como denuncian desde la Asociación Alavesa del Taxi. Su presidente, José Antonio García, achaca este aumento -centrado en las zonas de más población como Vitoria, Llodio, Amurrio o Laguardia- a la «situación de crisis económica que actualmente estamos viviendo», lo que lleva a más de un particular a realizar esta práctica ilegal.
Y lo es porque en estos casos los conductores carecen de las pertinentes licencias y permisos, con la consiguiente falta de garantías a la que se exponen aquellos que utilicen sus servicios. «Los que los usan pecan de inconscientes porque el cliente está expuesto incluso alque le puedan robar -porque esos conductores no tienen número de identificación- o, si sufre cualquier otro percance, están perdidos por falta de cobertura legal», alerta García.
Connivencia del cliente
El portavoz del sector asegura que la diferencia económica entre desplazarse en un taxi oficial y en otro ‘pirata’ no resulta «exagerada». «No es sostenible como para arriesgarse», recalca, si bien reconoce que es complicado aventurar el coste de las tarifas ilegales. «Algunos piden 5 euros, otros 6 ó 7… cada uno es diferente», sostiene. Igual de difícil que resulta dar con ellos. Y eso pese a que cualquier caso del que tienen conocimiento lo denuncian ante la autoridad competente, ya sea el Ayuntamiento vitoriano o la Diputación alavesa.
«Sabemos que están trabajando en ello pero no es fácil; a veces ya se ha parado a alguno y el cliente y el conductor dicen que son familia o amigos, que se dirigen a algún sitio», critica.
SALUT ONA ETA BIDAIA.
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